En el caso de esta fosa de Padul, dos de las cinco víctimas que han sido recuperadas, que corresponden a un hombre y una mujer, fueron acribilladas con una escopeta de caza.
Así lo confirman la cantidad de plomo de las postas disparadas que tenía cada uno de ellos. Entre 40 y 50 en cada cuerpo, explica a El Independiente de Granada el profesor de la UGR Francisco Carrión, investigador principal de esta intervención.