Si en el mundo hay una corriente marginal e incluso perseguida de revisionistas que niegan el Holocausto, en nuestro país contamos con un grupo mucho mayor de negacionistas de los crímenes del franquismo que, además, actúan con total impunidad.
Los hemos visto buscar pelea dialéctica en el barro, en el que lo mismo vale hablar de Franco que de Venezuela o de Catalunya. Ellos lo mezclan todo, lo tergiversan todo con el único objetivo de legitimar una etapa tan oscura como fue el franquismo.