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Julián Casanova Ruiz

Con la insurrección de octubre de 1934 los socialistas demostraron idéntico repudio del sistema institucional representativo que habían practicado los anarquistas en los años anteriores. Rompieron con el proceso democrático y con el sistema parlamentario como método de presión.

Plantear, sin embargo, que en octubre de 1934 se rompió la convivencia constitucional en España, preludio de la guerra civil, es situar a una insurrección obrera, reprimida por el orden republicano, en el mismo plano que una militar ejecutada por las fuerzas armadas del Estado.

La República siempre reprimió las insurrecciones e impuso el orden legítimo frente a ellas. El golpe de muerte se lo dieron desde dentro, desde el propio seno de sus medios de defensa, en julio de 1936. Entonces, y no en octubre de 1934 o en la primavera de 1936, comenzó la guerra.