Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones Gil Robles intentó convencer a Portela Valladares, presidente del Gobierno, de que no dimitiera y de que declarara el estado de guerra. El general Franco, Jefe de Estado Mayor, telefoneó al general Sebastián Pozas, director general de la Guardia Civil y le pidió que, para prevenir el desorden y la revolución, se uniera a una acción militar que ocupara las calles.
Pozas, viejo africanista fiel a la República, se negó y Franco presionó entonces al general Nicolás Molero, ministro de la Guerra. El general Goded quiso sublevar el cuartel de la Montaña de Madrid y otros dos generales que habían estado en todas las conspiraciones contra la República, Joaquín Fanjul y Ángel Rodríguez del Barrio, sondearon otras guarniciones de la capital. Franco no vio la situación madura y se echó para atrás.
Era febrero de 1936. Cinco meses después iniciaron una guerra.